27 de abril de 2013

23 de abril de 2013

Facilidades para el análisis del ADN "basura"

Hace escasos meses, un equipo internacional de investigadores reveló que el denominado “ADN basura” (o ADN no codificante) en el genoma humano es, en realidad, un gran panel de control con millones de “interruptores” que regulan la actividad de nuestros genes
Sin estos interruptores, los genes no funcionarían y se podrían originar mutaciones que, a su vez, podrían desencadenar enfermedades.



Hasta ahora, casi todos los estudios sobre genética estaban protegidos con patentes de grandes laboratorios y corporaciones, especialmente cuando se trataba de metodologías analíticas de estudio e investigación avanzada.

Hasta hace bien poco, se desconocía la verdadera naturaleza de los “intrones” y “exones”, claves en el entendimiento de lo que hasta ahora se denominaba ADN basura, y que ha resultado ser el ADN relevante en la configuración del resto del Genoma, así como su evolución, modificación, metilación, desentrañando procesos claves que funcionan como un auténtico microuniverso.

Tal y como señalan los autores del reciente estudio, la significación biofísica del factor genético y epigenético es dependiente del contexto y no únicamente de la herencia, tal y como hasta hace poco se pensaba. Sin duda las implicaciones de los intrones y exones son claves en la activación de los procesos y la curación de las enfermedades. Los mecanismos de activación y desactivación y funcionamiento de los intrones y exones, recuerdan a los procesos de la materia oscura en la formación del Universo, y en ese microcosmos que sin duda es el ADN humano, dichos procesos de intrones y extrones son claves para conocer quiénes somos y cómo modificamos nuestros procesos biofísicos y biologicos. Por así decirlo el “junk ADN” no lo conocemos, lo que claramente implica su importancia para entender las modificaciones genéticas.

Por lo tanto, los científicos independientes (no vinculados a grandes corporaciones) también tienen la oportunidad de analizar este misterioso ADN.

Con información de; Fundación eticotaku

15 de abril de 2013

El jarro de vidrio

Cierto día un motivador experto estaba dando una conferencia sobre gestión de tiempo a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidarán.

De pie frente al auditorio lleno de gente muy exitosa dijo: Quisiera hacerles un pequeño examen...

De debajo de la mesa sacó un jarro de vidrio de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro.



Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio: ¿Está lleno este jarro?
Todos los asistentes dijeron ¡Sí!

Entonces dijo: ¿Están seguros? Y sacó de debajo de la mesa un balde con piedras pequeñas de construcción. Echó un poco de las piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes.

Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más: ¿Está lleno este jarro?

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: “Probablemente no”.

Muy bien contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.
Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro: ¡No!

Una vez más el expositor dijo: ¡Muy bien! luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro con piedras hasta que estuvo lleno hasta el borde mismo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó: ¿Cual creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?

Uno de los espectadores levantó la mano y dijo: La enseñanza es que no importa como de lleno esté tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

¡No! replicó el expositor, esa no es la enseñanza.

La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento.

Autor: Desconocido.
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Tras leer la enseñanza del conferenciante, ahora hay que saber cuales son esas piedras que consideramos grandes.
Para algunos podrían ser: La familia, la salud, nuestros sueños, los amigos, la persona amada...
Para otros: El poder, el trabajo, el dinero, la opinión de los demás, las preocupaciones...

La elección es tuya y mía... es nuestra.

11 de abril de 2013

Homenaje a J.L. Sampedro

El escritor, economista y académico barcelonés José Luis Sampedro, de 96 años, falleció la madrugada del día 8 en Madrid. Estaba "sereno y tranquilo" porque "no tenía miedo a la muerte", según ha relatado su viuda, Olga Lucas.

Algunas palabras que nos dejó:
"Lo que mas me indigna es la indiferencia con que se contemplan las cosas, en general. Y en los dirigentes la ignorancia y la soberbia".
"No hemos aprendido a vivir como humanidad, la humanidad está por hacer".
"¿Estamos haciendo un uso humano de los seres humanos?¿Estamos haciendo un uso humano de nosotros mismos? ¿Estamos sabiendo vivir humanamente?".
"La vida es una navegación difícil sin una buena brújula".

El razonamiento de Sampedro se ha basado en torno a una idea, el poder del “miedo” que ejercen los gobernantes sobre la sociedad, con el fin de tenerla controlada.

“Si te dicen que te van a degollar y luego te ponen a tirar de un carro, piensas ‘que me quede como estoy’”, aseguraba Sampedro, asemejando esa situación extrema con lo que sucede en la sociedad actual.

Además, Sampedro nos ha dejado su visión sobre el capitalismo, que según él, es un sistema económico que “está agotado”.

Más info: fundación-eticotaku

7 de abril de 2013

Levantando la mirada

¡Cuánto valor nos damos a nosotros mismos!
Lo pongo entre exclamaciones, por que más que una pregunta, es una afirmación de la que cada vez soy más consciente.
Entre las diferentes quejas y dramas que nos metemos en la mochila, dicho metafóricamente, o en la mente dicho psicológicamente. Le sumamos los torpedos que día si y día también nos envían desde el exterior, se genera una "pelota" que impide que miremos algo más allá.

Creo que no solo uno mismo es responsable de cargar con toda esta forma egoísta y orgullosa de ser... Parece o me da la sensación, de que a los del exterior (si, esos "poderosos" que nos gobiernan) no les interesa cultivar valores más empáticos y altruistas.

Tras este ataque de la realidad que veo a diario, no quiero acabar así.
Quiero tener fé en que en estos momentos de incertidumbre que vivimos en los países "desarrollados", (Los otros países estoy seguro que ya lo aplican) son una gran oportunidad para levantar la cabeza y dejar de mirarnos tanto el ombligo.


3 de abril de 2013

Atención presente

El estilo de vida que promueven las grandes corporaciones y los programas de TV. construye la idea de que la felicidad está relacionada con el dinero, la fama o la belleza, pero uno de los estudios más extensos sobre el tema muestra que la acumulación de bienes materiales no tiene una fuerte correlación con la felicidad.

La iniciativa Track Your Happiness, encabezada por Matt Killingsworth, encontró que la atención en el presente es el factor que mayor relación tiene con la felicidad. Utilizando una aplicación móvil, Killingsworth registró los estados de ánimo de cientos de personas en diferentes países correlacionándolo con una serie de respuestas a preguntas como ¿qué estás haciendo ahora? La divagación mental fue igualmente una de las actividades que mayor relación tiene con la infelicidad.

“La felicidad tiene mucho que ver con el contenido de cada momento”, dice Killinsworth. Y este contenido generalmente es mejor recibido cuando es directamente resultado de la actividad inmediata, de lo que esterotípicamente se llama “el aquí y el ahora”.

El estudio muestra que estar enfocados en el presente nos hace aún más felices que divagar mentalmente en cosas placenteras. Concentrarnos en acciones que generalmente son poco placenteras es también más benéfico para nuestro estado de ánimo que divagar durante estas acciones (por ejemplo, concentrarse en conducir un coche en el tráfico nos produce mayor bienestar, que divagar mientras conducimos en el tráfico). Existe una especie de conspiración benéfica en el funcionamiento de nuestro cerebro para que nos adentremos en el instante presente.

Por si eso fuera poco, Killinsgworth concluye que la divagación mental no es una consecuencia de la infelicidad, pero que la atención presente sí puede considerarse una causa de la felicidad.



Los felices beneficios de la atención presente parecen tener que ver con la relajación de la mente. Pensar en cosas que no están en donde estamos, que no sucederán hasta después o que ya han sucedido nos genera comúnmente estrés, en parte porque no podemos hacer nada en ese instante para modificarlas. No estar concentrado en el presente es una forma de invitar fantasmas a nuestra vida. Por otro lado, no estar atentos al presente es una forma poco eficiente de operar en nuestra vida cotidiana, lo cual seguramente –cuando nos damos cuenta de que no hemos hecho nuestro trabajo o de que han pasado horas y ya no fuimos a correr al parque, como nos habíamos repetido– contribuye a generar estrés, una angustia de la procrastinación (según Killingsworth pasamos en promedio 47% del tiempo divagando). En cambio, la atención en el presente no sólo nos permite una mayor proficiencia, refuerza hábitos positivos que se traducen también en mejor aprendizaje y funcionamiento cerebral.

Un estudio de la Universidad de Santa Barbara mostró que un grupo de personas que recibieron un curso de apenas dos semanas de lo que se conoce en inglés como mindfullness (atención mental total) lograron mejores resultados en pruebas cognitivas. El curso consistió en técnicas de meditación y de concentración, entre ellas comer una fruta sin pensar en otra cosa más que comer una fruta. 

Acostumbrarse a enfocarse en el presente evidentemente nos permite concentrarnos con mayor facilidad cuando nos enfrentamos a cualquier tarea, lo cual es la mejor forma de potencializar nuestro desempeño. Mantener la atención en el presente se revela como un estado de meditación o una meditación en movimiento, según la actividad que se realice. La meditación genera hormonas y neurotransmisores que mantienen a punto el sistema inmune –como la oxitocina o la serotonina.