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17 de julio de 2013

El corazón como emperador.

Dice la antigua medicina China, que el corazón es el emperador de un reino y sus súbditos, son nuestros órganos y nuestras emociones, como emperador rige la conciencia y como buen emperador se entera de todo lo que sucede en su reino.
Los sentimientos que le son propios son la alegría y el amor, pero el corazón también se altera con cualquier otra emoción: el miedo, la tristeza, la ansiedad, la ira, etc., todas afectan al emperador; la vida agitada, los sobresaltos, el estrés, la alimentación, los estimulantes... también hacen que el fuego del corazón aumente.

Hoy día está demostrado que ante cualquier alteración emocional nuestro corazón sufre, e incluso podría llegar a consecuencias trágicas si pertenece a una persona de edad avanzada.

El caso o la cuestión, es que normalmente no le prestamos la atención que merece un "emperador", (no lo asemejéis a los gobernantes actuales, estos más bien merecen poca) ya no por su alto estatus, sino por la capacidad que tiene de influir en los órganos y en las emociones.

Asi que nunca está demás intentar hacer que nuestro "fuego del corazón" disminuya, templando el exceso de fuego o agitación, es decir calmar nuestras emociones.
Al igual que intentamos calmar la mente, también podemos calmar al corazón... con el paso del tiempo y según indicaciones del médico, se podría prescindir de los estimulantes y/o relajantes.



8 de mayo de 2013

Equilibrio

Qué es el equilibrio si no un estado natural y que por circunstancias en ocasiones perdemos, o sea nos desequilibramos.
Como estado natural, la naturaleza nos lo enseña a través de por ejemplo, el reino vegetal desarrollándose de manera fractal.



A nivel interior, mantenernos en un estado equilibrado, o lo que es lo mismo, tener la capacidad de no dejarnos influenciar alocadamente por las propias ideas o pensamientos, es una tarea cuanto menos complicada... pero con constancia y perseverancia, es posible.
Es posible aunque solo sea a ratos y si estos ratos o momentos se van alargando poco a poco, mejor para uno mismo.

Si imaginamos una línea recta y horizontal, pondremos al equilibrio en el centro de esta linea.
En uno de los extremos pondremos a los sentimientos que nos conducen a la euforia y alegría.
En el otro extremo colocaremos a los que nos conducen al cabreo o enfado, y a la tristeza.

Al encontrarnos en un estado eufórico y alegre, pensamos que este es un estado ideal o de bienestar... entonces, ¿para qué buscar al equilibrio?
Pues por que normalmente a estos estados los mezclamos con sentimientos de orgullo y soberbia, y además no duran para siempre.
Por lo tanto la caída será brusca, nos hará daño y nos iremos al otro lado de la línea... al cabreo y al enfado ¡como poco!

13 de noviembre de 2012

Aprender a gestionar las emociones

La inteligencia emocional, es la capacidad qué podemos obtener a partir de reconocer a nuestros sentimientos y la habilidad para manejarlos.
Las siguientes palabras y vídeo han sido emitidos el pasado día 28 de Octubre, en el mítico programa 'redes para la ciencia' dirigido por Eduard Punser, al qué considero un gran divulgador científico, 

"Por fin estamos tomando conciencia de que hay vida antes de la muerte. En este programa especial de Redes, exploraremos junto a Eduard Punset algunas de las claves de lo aprendido en los últimos años para encarar el gran desafío de difundir el aprendizaje social y emocional en todos los ámbitos de la sociedad. Y en su sección, Elsa Punset nos hablará sobre cómo las emociones nos atraviesan desde los primeros años de vida y nos definen como personas".


Fuente: Redesparalaciencia.com

16 de septiembre de 2012

Indefensión aprendida

La indefensión aprendida fué postulada por el psicólogo Martin Seligman y es una técnica de manipulación que se puede llegar a observar a nivel laboral, personal, familiar, pareja e inclusive se utiliza como herramienta de manipulación en algunos gobiernos.

Esta manipulación consiste en inducir a la persona estados de frustración, inseguridad, ansiedad... es decir, miedos.
Algunos posicionados en la élite mundial, tambien son capaces de inducir en la masa (nosotr@s) la llamada indefensión aprendida, haciéndonos creer qué somos culpables de la actual situación económica, por ejemplo a través del famoso mensaje; "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades".

En el siguiente vídeo este tipo de comportamientos adquiridos se explica de manera clara y sencilla, a través de un "experimento" de una profesora en clase con sus alumnos.


18 de agosto de 2012

El temor

Las personas tienen miedo a la pérdida, temen perder su posición, su prestigio, el apoyo, tienen miedo a envejecer, a tener que depender de alguien, temen a lo que les avergüenza del pasado y les produce culpa, a la muerte, a vivir, a lo que dicen los demás, a lo que piensan los otros de ellas y cómo los miran.


Muchos sienten una sensación de inferioridad, de presagio, de angustia; y la angustia que produce la idea de la muerte hace buscar seguridad en la relación humana o en alguna creencia o ideología.

También existe el temor de no alcanzar todos los objetivos que se proponen en la vida, de estar solo, de no ser amado, de la oscuridad, de los ascensores, etc.

Todos pretenden estar completamente a salvo y protegidos; y este constante afán de seguridad los vuelve muy ansiosos en sus vidas.

El temor es uno de los mayores problemas que tiene el ser humano, tanto consciente como inconsciente.

El temor hace que una persona viva a la defensiva y se vuelva agresiva contra lo que le parece que la puede lastimar o contra aquello a lo que se aferra para buscar protección.

Existe el temor a desprenderse de lo conocido, de las personas, de las cosas que se conocen y de las experiencias vividas y también, el temor al futuro, a lo que puede suceder, fruto de todas las expectativas que se tienen a causa del pasado.

El miedo al futuro es el miedo a la incertidumbre .

El origen del temor es el pensamiento que siempre busca certezas, el pensamiento divide el futuro del pasado, lo que es de lo que podría ser.

El pensamiento es el responsable del temor con respecto al pasado y al futuro.

Tanto el placer como el temor tienen su origen en el pensamiento; porque el pensamiento sustenta al temor y da continuidad al placer experimentado en el pasado.

Aunque se haga el mayor esfuerzo en pensar en lo que está sucediendo ahora, el pensamiento evoca también, lo que podría suceder.

Todos desean liberarse del temor y disfrutar del placer; pero para liberarse del temor hay que llegar a comprender cuál es su verdadera raíz.

El placer y el temor están relacionados, porque cuando no sentimos placer sentimos temor.

El temor surge donde opera el pensamiento, porque el pensamiento es la respuesta de la memoria y se basa en los recuerdos del pasado.

El pensamiento es necesario para sobrevivir y para planificar el futuro, pero para poder sobrevivir, el pensamiento dividió el mundo, en razas, naciones, religiones, y esa división es destructiva.

Por esta razón es necesario comprender la naturaleza del pensamiento, o sea distinguir dónde el pensamiento es necesario y dónde es destructivo.

El pensamiento origina el temor porque no puede hallar seguridad en el futuro, porque el pensamiento opera en el tiempo y el mañana no tiene tiempo, el mañana existe como tiempo sólo en el pensamiento.

Para que el pensamiento no genere temor tiene que permanecer quieto, o sea funcionar solamente donde es necesario para que los seres humanos puedan sobrevivir, pero sin producir divisiones de ningún tipo.

Si el pensamiento se aquieta, no divide y el tiempo, como mañana, no existe; porque cuando la mente está en silencio no existe el futuro, ni el temor ni el tiempo.

El temor al futuro lo hemos creado nosotros con el pensamiento destructivo.

Fuente: “La conciencia fragmentada”; J. Krishnamurti.

30 de junio de 2012

Composiciones musicales para ser sentidas

El compositor y pianista Omar Akram lleva acompañándome en mi reproductor desde hace ya varios meses. Sus composiciones van dirigidas a que las sintamos desde el corazón... si solo lo vais a escuchar desde el oido, mejor que no le deis al Play.



21 de junio de 2012

El altruismo emocional de los perros.

Estudio sugiere que los perros son capaces de detectar el sufrimiento de las personas y buscan aliviarlo.

La intuición que tienen las personas que conviven con perros de que estos animales son sensibles a sus sentimientos, parece confirmarse por un reciente estudio. Los perros reaccionan al dolor humano de una manera sumisa que se ajusta a proveer alivio...como si el verdadero entrenamiento biológico de esta especie fuera la empatía.

Un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Goldmsiths en Londres, probó a 18 perros en distintas situaciones, con sus dueños y extraños, en las que los voluntarios aparentaron llorar, susurrar o tararear y hablar. Los perros reiteradamente reaccionaron a los simulacros de llanto, acercándose a estas personas y buscando iniciar contacto físico.

Palabras de la Dra Deborah Custance:
"El tarareo fue elegido por ser un comportamiento relativamente nuevo, que podría provocar la curiosidad de los perros. El hecho de que los perros diferenciaron entre el llanto y el tarareo indica que su respuesta no fue meramente motivada por la curiosidad".

Los perros respondieron al llanto de una persona que no fuera su dueño, lo que parece mostrar que su respuesta fue genuinamente empática y/o el resultado de la búsqueda de una recompensa o de sus propias necesidades. El hecho de que los perros reaccionen a una emoción fingida no significa que no sepan percibir nuestras emociones, ya que nuestro mismo cerebro no hace distinción entre si una emoción es simulada o la experimentamos espontáneamente, de la misma forma que no distingue del todo si vemos algo o imaginamos eso mismo.

Fuente: Dailymail

24 de mayo de 2012

El deseo

El deseo, esa emoción que siempre anda acechándonos para poner a prueba nuestro bienestar, lo único que nos puede aportar es sufrimiento.
Hay que distinguir entre los naturales; el comer, el beber e incluso el sexual. Estos no nos crearán problemas siempre que los utilicemos inteligentemente. Los que si  podría generarnos sufrimiento, son los llamados lejanos o inaccesibles, porque se encuentran en un futuro que no existe y nos llevarán inevitablemente a los planes de futuro.


Empezamos a desear desde muy pequeños diciendo palabras como; quiero esto, quiero aquello... es normal, sobre todo para los que habitamos en una sociedad de consumo, pero bueno, este es otro tema.

Desear a alguien, a algo o alguna situación, también es de lo más normal, el problema viene cuando no es satisfecho o alcanzado dicho deseo, esto nos provocaría un conflicto interno e incluso obsesión dolorosa.

Como todo problema, también tiene su solución. Es difícil, siempre me lo recordáis, para mi también lo es, pero hay que buscar la fórmula y desarrollarla para solucionar este problema... ¿o es que queréis seguir sufriendo?, yo no, ya estoy harto y cansado de lidiar con el deseo y mi correspondiente sufrimiento, por lo que hace tiempo me puse a buscar y aplicar el antídoto adecuado... ¿cúal fué?; ocuparme del día de hoy y a veces y como mucho del día de mañana... pasado mañana me ocuparé de lo que haya preparado para dicho día y de lo que pueda surgir, para el resto de días, semanas y meses (solo de escribirlo me crea ansiedad) ya tendrán mi atención en su momento, ¡si llego!.

Que alivio para el porteador que ha caminado mucho tiempo por el mundo del sufrimiento, dejar en el suelo su pesado e inútil fardo. (Longchen Rabjam).

15 de mayo de 2012

Bienvenido dolor

La inteligencia espiritual, es un estado superior al de la inteligencia emocional, que es la capacidad de controlar las emociones. Esto es lo que afirma Pilar Sordo en su libro “Bienvenido dolor”.


-La inteligencia espiritual permite ser más feliz, porque nos damos cuenta del sentido de todo lo que nos pasa y de todo lo que hacemos.

-Para poder disfrutar de la vida hay que aprender a convivir con el dolor, porque tenemos el deber moral de ser felices.

-Se aprende lo más importante de la vida con el dolor y el dolor es algo que no se puede evitar, porque es parte de la vida.

-Cuando nos atrevemos a vivir el dolor y lo expresamos plenamente, con toda nuestra bronca, pena o impotencia, el dolor tiene el poder de transformarnos.

-No se trata de luchar contra el dolor sino de acostumbrarse a vivir con él y al mismo tiempo , siendo capaces de cumplir con nuestra obligación de ser felices.

-Uno elige el sufrimiento pero tiene que aceptar el dolor.

-Los duelos, las enfermedades y las pérdidas exigen una actitud de desapego, agradecimiento, voluntad y perdón, y eso se logra con la inteligencia espiritual.

-Asumir la felicidad como un deber moral hace que no nos aferremos a nuestras aflicciones.

-Las personas felices también tienen los mismos problemas, sólo que eligen no perder la sonrisa por las penas de su alma, y tienen la actitud de vivir y disfrutar del presente, porque se dan cuenta que no pueden controlar nada; y sólo pueden agradecer, cambiar sus prioridades y actuar en consecuencia.

-El dolor, dice Pilar Sordo, es un misterio indescifrable, pero las preguntas que suscita nos sirven para crecer.

-Se puede seguir viviendo con las penas, respetándolas y escuchándolas, porque al final dejan de estar en primer lugar y se depositan en el fondo del alma.

-Elegir ser feliz desde los dolores del alma, exige un esfuerzo, pero luego se siente la satisfacción de haber sido capaces de vivir con el dolor, sin contaminar el resto de nuestra existencia.

-La vida nos enseña a aceptar las pérdidas y las despedidas, aunque nos sorprendan, permitiéndonos comprender que todo lo que tenemos es prestado, que no es nuestro y que el amor trasciende las ausencias.

-El dolor es una lección que tenemos que aprender , y cuando más rápido se aprenda mejor nos parecerá la vida.

-El perdón nos libera dice Pilar Sordo; porque la rabia y los rencores son las expresiones más grandes de esclavitud.

-Las personas que no perdonan no pueden ver los acontecimientos desde una perspectiva más alta y se quedan estancados en el por qué, sin reparar en el para qué.

-Todo esto se logra con la evolución, venciendo los propios demonios y no cediendo ante ellos.

Pilar Sordo no pretende transmitir sabiduría sino compartir experiencias a partir de la observación. No propone ninguna hipótesis sino solamente incursionar en estos temas que son los que preocupan a todos, sin prejuicios, aprendiendo de los que ya han transitado este camino y ya han evolucionado.

Fuente: “Bienvenido dolor”; Pilar Sordo.

11 de mayo de 2012

La espiral de las emociones

Las emociones negativas que nos conducen entre otras cosas al malestar y por lo tanto nos alejan del bienestar, son tan necesarias como las emociones positivas.

Afirmo esto porque las emociones negativas nos han ayudado a preservar nuestra especie.
Por ejemplo; los celos se puede considerar como la expresión de un instinto muy antiguo que contribuye a mantener unida a una pareja, en la medida en que la persona celosa se ocupa de apartar a un rival, aumentando así las probabilidades de supervivencia de su progenitura.
La ira o la cólera puede ayudarnos a superar rápidamente un obstáculo, que dificulta la realización de nuestros deseos o nos agrede.

Podría pensarse que estas emociones perturbadoras (les he cambiado el adjetivo porque ya no son tan negativas) son aceptables porque son naturales y no sería necesario intervenir, pero también son naturales las enfermedades físicas y no por ello tendríamos que resignarnos a aceptarlas. A estas últimas las intentamos eliminar con remedios o pastillas.
¿Y a las emociones perturbadoras?. Todos sabemos (más que nada porque lo hemos experimentado) que una mala gestión de estas, nos llevarían a una corriente de angustia y sufrimiento... entonces pongámosle remedio, porque antídotos existen.

Un remedio sería contrarestar los efectos de una emoción perturbadora con otra positiva:
Podemos oscilar con rapidez entre el amor y el odio, pero no podemos sentir en el mismo instante de conciencia el deseo de perjudicar a alguien y el de beneficiarlo. Estos dos impulsos son tan opuestos como el agua y el fuego, como dijo el filósofo Alain: _ Un gesto excluye a otro; si usted tiende amigablemente la mano, eso excluye el puñetazo_.
Del mismo modo entrenando la mente en el amor altruista, eliminamos poco a poco el odio, ya que estos dos estados de ánimo pueden alternar, pero no coexistir en el mismo instante. Este remedio sería para la psique lo que los anticuerpos para el organismo.

No se trata de reprimir el odio, sino de dirigir la mente hacia algo opuesto: El amor y la compasión.
Puesto que el amor altruista actúa como un antídoto directo contra el odio, cuanto más lo desarrollemos, más disminuirá el deseo de perjudicar, hasta finalmente desaparecer.

17 de marzo de 2012

Christian Flèche: "Cada órgano dañado responde a un sentimiento"


Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica

Emociones

Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones.

¿El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de manera muy diferente.

Bueno, cada uno es cada cual…
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución interior.

¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno, alimentos… Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.

¿Nace el conflicto?
Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el hígado.

Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.

Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.

¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.

Dígame.
El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad energética.

¿Realidad energética?
Somos una unidad compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro niveles biológicos.

¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. “¿Desde cuándo?”, le pregunté. “La primera vez estabas sola con mis hijos” “Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?” “Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada”. Cuando lo reconoció, el dolor desapareció.

A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra, el baile o los sueños… todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese evento.

¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.

¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras, problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.

¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: “No me respetan y me dejan de lado”. Los riñones es la pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización…

¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine… Un malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.

La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: “Lo que tengo es miedo”, su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.

Fuente: La vanguardia

27 de febrero de 2012

¿Cúal es el origen de la tristeza?

 - Eduard Punset responde:

Punset, en 'excusas para no pensar'
Me gustaría decirle a la gente las dos o tres cosas que he aprendido y me han servido a lo largo de muchos años. Lo primero es que es cierto que más de un veinte por ciento de las personas están aquejadas por una tristeza inexplicable. Se levantan con la cara compungida por un mal sueño; no saben qué hacer ellos solos durante horas en casa viendo la tele; no les quedan ganas de atisbar en otros países la posibilidad de una ida sin retorno.


Se nos dice, con razón, que la profusión de las redes sociales puede ayudar sobremanera. Yo mismo digo que es mejor la compañía de un buen amigo que un fármaco. Pero no quisiera compartir la tristeza profunda que puede seguir corroyendo el ánimo después de haber probado y conseguido aumentar los contactos en las redes sociales o de haber sustituido un fármaco por la compañía de un buen amigo, sin que los niveles de tristeza hayan descendido.

Lo que hemos aprendido después de tantos años de espera es que la tristeza no es la expresión de que nadie nos quiera, sino el impacto negativo de no quererse uno mismo; en la adolescencia y en la mayoría de edad, la tristeza es el resultado de odiarse a sí mismo sin saberlo, y no la falta de cariño de los demás. Estamos tristes y sin ganas de hablar porque los demás no comprenden lo que nos pasa por dentro, no entienden nada de lo que queremos decir; cuando les decimos algo es para acosarlos, intimidarlos, asustarlos y reprocharles, en definitiva, que no nos entienden, no nos quieren y que en el fondo nos odian o desprecian.

Lo que hemos descubierto es, sencillamente, que el origen de nuestra tristeza no es el odio de los demás, sino el desprecio de uno mismo; no nos queremos nada, nos despreciamos; eso es lo que nos pasa. La gran suerte es que ahora hemos descubierto el motivo de esos sentimientos autodestructivos.

En la mayoría de los casos, el origen de este mundo atormentado hay que buscarlo en la ausencia de cuidado, de afecto y de amor en los primeros años de nuestra vida. Basta con dar un paseo por la calle para ver ejemplos de situaciones radicalmente opuestas: es fascinante ver la cantidad de amor y sonrisas derrochados sobre los pequeños para que en ellos arrecie la autoestima necesaria, para consolidar en el futuro su curiosidad. La curiosidad suficiente para proseguir en la aventura del amor a los demás.
Arruga los sentimientos y destroza el corazón, en cambio, contemplar los ejemplos interminables de gritos, esperas sin resultado, abandono en el mejor de los casos y palizas inmerecidas a niños violentados, sin que hayan tenido tiempo ni ganas de cometer un delito. Hoy sabemos que la mala gestión de las emociones durante la infancia es el germen abonado para la droga y el comportamiento desvariado durante la juventud.

Lo extraño es que los sabedores de que esto ocurre no se manifiesten en la calle para reclamar que se aplique una solución. La existencia del problema está comprobada. Se ha investigado durante años con acierto la solución. Se ha experimentado en muestras piloto para que los gobernantes y los educadores pudieran enterarse. Pero están o parece que están todos ocupados en asuntos, supuestamente, más importantes.

Una mayoría desconcertante de los centros de decisión en nuestras sociedades no acaba de creerse uno de los descubrimientos más importantes de la neurología moderna. Hasta ayer mismo teníamos el debate infructuoso entre los partidarios de que los genes determinaban la conducta del promedio y aquellos que, por el contrario, creían que solo la experiencia individual contaba. Ahora se sabe que "estamos programados", es cierto, pero para ser únicos».

Fuente: Xl semanal

25 de febrero de 2012

Ataduras emocionales


Mucho han cambiado desde generaciones anteriores las relaciones sentimentales y de pareja.
Ya sea por ideologías y convicciones políticas o religiosas a las que se "sometieron" nuestros antepasados, desde hace varias décadas podemos decir que estamos evolucionando en el sentido de encontrar el equilíbrio hombre-mujer y viceversa... Aunque todavía nos queda...

Todavía nos queda porque aunque ese temor que nos metían en el inconsciente dichas ideologías y convicciones está desapareciendo, aún en la mente de algunos se mantiene (no sé si por genética o por idiotez) el egoísmo de poseer al otro mediante ataduras emocionales, no dejándole ser un "Ser libre".
Esta forma de pensar se puede definir con una sola palabra: Miedo.

Como antes he indicado, el miedo que nos inculcaban nuestros "queridos" gobernantes, lo estamos superando, o siendo optimista lo hemos superado.
Ahora nos queda superarnos a nosotros mismos acabando o liquidando a nuestro miedo interior, que es el encargado de generar emociones tan negativas como; Los celos, las envidias, el egoismo... Tan dañinas para los demás como para nosotros mismos.

Lo natural es nacer libre y sin apegos emocionales, ¿por qué no permitirnos seguir así?.

3 de febrero de 2012

Los pensamientos generan nuestras emociones.

Tenemos la capacidad de crear pensamientos, cada uno de ellos genera una emoción, la que a su vez genera nuestro estado de ánimo que reflejamos hacia el exterior.

                                Pensamiento = Emoción = Estado de ánimo.

En muchas ocasiones nos preguntamos el por qué nos encontramos bajos de moral y tristes.
En otras el por qué estamos llenos de euforia y alegres, 'bueno si os toca la lotería sí sabréis el por qué.'

A lo que voy y dicho lo anterior vulgarmente, es lo mismo que "ver" el vaso medio lleno o medio vacío.

Sé que en estos tiempos de crisis no es fácil ver el vaso medio lleno, pero también sé que no es imposible.
Solo tenemos que crear pensamientos positivos para generar emociones igualmente positivas.

Y os preguntaréis, ¿como?.

Pues yo diría que no prestando atención al "bombardeo" de malas noticias que nos envían por todos lados a diario.
Me explico; No quiero decir que ignoremos a los demás o que no veamos los telediarios, a mí personalmente me gusta estar informado, sinó que lo que veamos u oigamos no nos afecte a nivel emocional, así seguramente estaremos poniendo nuestro "granito de arena" para crear un mundo mejor y más justo, empezando por nuestro "mundo" interior.

Un aprendiz y su maestro un monje guerrero, se encontraban en una situación difícil en la que se tenían que enfrentar a las fuerzas de la oscuridad.
El aprendiz dijo: _ Maestro, como enfrentarnos a tan poderosa fuerza ¿y si no salimos de esta?._
El monje le respondió: _ Nunca te olvides de respirar._  

27 de diciembre de 2011

Nuevos indicadores de lo que nos pasa por dentro


He encontrado por la red ( o el me ha encontrado a mí ) este texto publicado por Eduard Punset, en el que nos explica la relación que hay entre las emociones y nuestra salud.

A continuación dicho texto:


Durante años, mis amigos médicos –los más serios– me habían contado que era imposible que las dolencias físicas, como una esclerosis o una diabetes, fueran el resultado de un desarreglo anímico. Me dijeron repetidas veces que conocían muchos casos en los que la correlación entre el contratiempo emocional y la enfermedad física parecía obvia, pero no podía comprobarse clínicamente la razón de causa y efecto.

Si lo entendí bien, lo que se me estaba diciendo es que la mente va por un lado y el cuerpo por otro. La manifestación exterior de lo que me sugerían es que las causas genéticas de una enfermedad representaban algo así como un 70 por ciento y las debidas a lo que los especialistas llaman “experiencia individual” solo suponían el 30. Contra las primeras no se podía hacer nada y de las segundas no se conocía lo suficiente para lidiar con ellas.

En los últimos cuatro o cinco años, mis amigos médicos, físicos y psicólogos –los más serios– me dicen que no es tan fácil como creíamos diferenciar entre inteligencia, materia viva y materia inerte. “I don’t know, I don’t know”, me repiten científicos norteamericanos. “No me preguntes porque no sabría qué contestarte”, añaden.

Es un momento fascinante. Solo si se es muy joven, se podría pensar lo contrario. Resulta que médicos muy famosos, de reconocida valía por sus colegas investigadores, no se cansan de sugerir a sus pacientes que no se fíen tanto de los fármacos y den más importancia al intercambio de conocimientos con sus amigos.

Los ratones viven unos dos años y medio. Nosotros tenemos una esperanza de vida de unos 70. Pero resulta que somos idénticos. Primero, se descubrió que a algunos ratones los distraía transitar por un laberinto, mientras que a otros los aburría sobremanera. Los primeros vivían más tiempo. Los segundos, menos.


Pruebas similares se hicieron luego con personas centenarias ubicadas en Madrid. Se vio que muchos de estos ancianos eran, en realidad, más jóvenes que muchos de 70 y tan jóvenes como los de 30. Con ello, mis amigos físicos, médicos y psicólogos estaban anunciando al mundo que la edad cronológica era menos importante que la biológica y que esta dependía, sencillamente, de su sistema inmunitario .


Si esto es cierto –y ahora lo es–, muchísima gente querrá saber cómo se logra que el sistema inmunitario funcione correctamente. Antes sabíamos dos cosas importantes para conseguirlo: 
la necesidad de cuidar la dieta y de hacer un ejercicio físico que no sea exagerado. 
Ahora, los expertos nos advierten de que no deberíamos olvidar que el estrés causa daños físicos, al igual que la ansiedad o la depresión. En contra de lo que me contaron a mí cuando era joven, mi mente puede triturar mi cuerpo.


Una idea recogida en las reflexiones de especialistas de gran fiabilidad para mí es que, dentro de muy poco tiempo, vamos a manejar muchísimos más biomarcadores de los que utilizamos ahora; es decir, contaremos con indicadores de lo que nos está pasando por dentro. Le adelanto un secreto a voces.


Aprenderemos a explicar a los médicos, físicos y especialistas en inmunología lo que nos ocurre a nivel psicológico; les pediremos que aprendan a medir nuestra capacidad respiratoria, ver nuestra presión arterial, así como barajar los niveles de glucosa  y lípidos  en nuestra sangre. Pero, sobre todo, les rogaremos que miren de cerca lo que nos pasa a nivel psicológico, porque tiene mucha más importancia e impacto de lo que ellos y nosotros creíamos.


Hace años, un grupo de médicos británicos sugirió que el mejor indicador de la salud de una persona era el reconocimiento social. Tenían razón.


27 de noviembre de 2011

Gestionar el perdón

Partiendo de la base de que nos encontramos en un Universo inteligente, estoy en condiciones de afirmar de que este nos proporciona lo que necesitamos en cada momento de nuestra vida.
Me explico; He afirmado lo que necesitamos, pero no lo que esperamos porque esto último es generado por nuestra mente.

Una de las "vías" para ser conscientes de lo anterior es cuando empecemos a  perdonarnos a nosotros mismos, porque no somos culpables y no vivimos en pecado. ( Tenedlo muy en cuenta ) Pensar en esto nos crea un gran "muro" delante de nuestras narices.
Después debemos, bueno debemos no, mejor tenemos que perdonar a los demás.
También saber pedir perdón cuando hayamos "fastidiado" a alguien de una manera u otra.
A mí me gusta más decir un lo siento en vez de perdóname, es decir, al pedir perdón estamos exiguiendo al otro un "trabajo extra", al estar yá molesto le estamos pidiendo que vuelva a revivir de nuevo lo que le halla molestado de nosotros.
Sin embargo un lo siento sale desde nuestro interior, no le exiguimos nada al otr@.

Creo, por conocimiento de causa, de qué gestionando nuestras emociones por y para el bién común, el Universo, Dios... ( es igual ) nos devolverá doblemente lo que previamente hallamos dado o emitido hacia el exterior o hacia El.