6 de diciembre de 2014

Sobre las heridas

Imagina que vas caminando por un sendero, adentrándote con cada paso en un entorno salvaje y natural.
No transitas por una zona acondicionada típica en las zonas pobladas, que acostumbras a pasear. Por lo que caminas observando el paisaje natural, respirando y sintiendo ese olor fresco del entorno verde, y el no tan fresco olor a madera viva.


De repente, ¡zas!.. notas una sensación de calor intenso en la pierna.
Por instinto miras hacia ese lugar de tu cuerpo y observas una herida que abarca todo el largo de tu gemelo... ahora esa sensación de calor se combina con dolor, debido a una rama afilada de un arbusto que se cruzó en tu camino, o tu en el suyo.

En este caso lo lógico sería desandar los pasos dados en dirección a la zona poblada para curar esa herida, ya que por desgracia o por despiste, no añadiste un botiquín en la mochila.
Te adentraste tanto en el bosque, que te queda un largo camino de vuelta.

Normalmente nos iríamos preocupando y observando la herida, tratando de ir limpiándola con agua hasta que, con suerte o sin ella, la sangre coagule y pare de sangrar.
Por otro lado si tememos a la herida abierta, no le prestaríamos la atención necesaria para evitar que se infecte debido a un agente exterior.

De igual manera podemos actuar con las "heridas" internas; O nos ocupamos de ellas, o andamos por la vida evitándolas, corriendo así el riesgo de que nos "infecten" por dentro, generando en nosotros una serie de traumas, prejuicios, conflictos, etc... que después traducimos al exterior en forma de rencor y rabia, entre otras "enfermedades" causadas por evitar enfrentarnos en su momento a esas heridas que a todos nos van rasgando por dentro a lo largo de este camino llamado vida.

30 de noviembre de 2014

"Fácil, difícil"

Fácil es dejarse llevar por los pensamientos, por las emociones, por las circunstancias...
Difícil es gestionar o controlar lo anterior.
También es fácil acostarse en nuestro cómodo colchón. Lo difícil es levantarse de él para tener que cumplir con el trabajo o estudios. Aún así, la mayoría de las personas sanas nos levantamos.
¡¡Así es la vida!! un cúmulo de acciones y decisiones que sin querer o queriendo vamos tomando día tras día.

Está claro que la diferencia entre que nos parezca fácil o difícil, radica en la voluntad. Pero para que esta voluntad sea efectiva antes hay que querer, y para querer, antes hay que saber querer.
"Saber lo que se quiere" es el principio para; primero identificar y segundo para ponernos en marcha hacia "lo que se quiere" gestionar, mejorar, cambiar... tanto en nuestro interior, como en las amenazas exteriores.
De esta manera, los adjetivos fácil y difícil poco a poco se irán diluyendo y desapareciendo de nuestro rico vocabulario.

22 de noviembre de 2014

Gratitud

Una de las tradiciones más populares de los Estadounidenses, es la celebración del día de "acción de gracias", que según los cronistas de la época su origen fue este:
Un grupo de colonos ingleses desembarcaron en Plymouth (Massachusetts), llegaron hasta aquel lugar en los inicios del frío invierno de 1620. Iban desprovistos de lo más esencial y a las pocas semanas comenzaron a escasear sus alimentos, algo que provocó que muchos de ellos enfermasen y comenzasen a fallecer. Entrados en la primavera de 1621, un grupo de indios nativos fue al encuentro de los nuevos colonos, mostrándose afables y prestándoles todo tipo de ayuda y enseñanzas para que labrasen sus campos, de cara a cultivar sus propios alimentos. También les enseñaron a pescar y cazar, por lo que los nuevos residentes de la Colonia de Plymouth obtuvieron unos excelentes resultados, pudiendo tener buenas siembras. En agradecimiento a los indígenas les ofrecieron una celebración donde compartieron sus alimentos. Año tras año se tomó la costumbre de reunirse todas las familias de la colonia y dar gracias por todo lo conseguido en los anteriores doce meses. Ese acto es el que (según la mayoría de expertos) se señala como el inicio de la tradicional celebración del Día de Acción de Gracias.

En la actualidad, el día de "Acción de Gracias" es el día festivo más importante para las familias de los EEUU. y se continúa conmemorando con agradecimientos por todo lo bueno que uno haya recibido en el año.

Pero, ¿solo un día alcanza para agradecer todo el bien que se recibe?
Cualquier persona puede sentirse agradecida varias veces durante el día por lo bueno que le sucede y de esta forma la gratitud se convierte en un permanente estado de ánimo. Agradecer diariamente es reconocer y acoger todo lo bueno que nos llega y valorarlo.

Cuando se expresa gratitud se dejan de lado las quejas y los lamentos, y al centrarse en mantener un estado expectante de que todo lo mejor acontecerá en la vida, se fortalece la salud.

"En las últimas dos décadas, el número de estudios científicos publicados sobre la gratitud se han disparado", dijo el psicólogo Robert Emmons de la Universidad de California, en Davis, al inicio de la Cumbre sobre la Gratitud que se realizó en Junio de este año. Hoy en día, "sabemos por esta investigación que decir gracias aumenta la felicidad, mejora las relaciones, e incluso reduce la presión sanguínea y fortalece el corazón".

Las personas que son agradecidas son más felices porque están satisfechas con lo que tienen.
La gratitud sincera rompe la barrera del orgullo y abre la puerta de la humildad.

(Entrada con información de Mindalia.com)

15 de noviembre de 2014

Momentos encontrados

Hay veces que se tiene la sensación de como si se parara el tiempo, momentos en los que la incertidumbre y el desasosiego desaparecen.
No me refiero, en este caso, a los momentos y situaciones buscadas en las que utilizamos alguna que otra "herramienta" para controlarnos y/o algún que otro viaje para apartarse de esa "cosa" llamada estrés generado por diversas y múltiples causas que llegan a perturbar.

Me refiero a situaciones encontradas, que nos remueven algo por dentro, que llegan a armonizar nuestro estado mental y emocional de golpe, y también de golpe, hacen que nos fijemos en lo que realmente importa... dejando así a lo demás como secundario o terciario.

Una situación así me ocurrió con esta escena:


Ese último momento que paró mi sentido del tiempo, fue cuando encontré a mi hijo dormido con nuestro querido gatito apoyado en su mano, el que también se encontraba en el mundo del inconsciente.
Son simples pero profundos momentos que se pueden encontrar en nuestra vida cotidiana, que como siempre, de cada uno depende alargarlos en el tiempo o no.

Definir esos estados de alegría no es fácil, lo que si puedo decir es que nos conectan como con otra dimensión, (y a partir de aquí cada cúal con sus creencias o certezas) en la que no hay sitio ni lugar para el desasosiego ni para las comunes preocupaciones.

30 de octubre de 2014

Vientos de cambio II

Muy concentrados en el tiempo están saliendo a la "luz" los distintos casos de corrupción, cohecho, apropiación indebida... delitos que cualquier ser humano seria capaz de cometer, si llega al poder.
Porque de todos es sabido que para llegar a mandar sobre otros, es necesario ser una persona dura, con pocos valores éticos y con pocos escrúpulos.

Asi que no deberíamos sorprendernos de lo que ya se sabía o al menos se intuía.

Por otro lado, como no creo en las casualidades, o sea, que nada ocurre porque sí. Toda esta cantidad de casos tampoco creo que se hallan revelado casi al mismo tiempo sin ninguna razón.
El como y el porqué para mi no es tan relevante, porque; ¿qué íbamos a esperar de esas personas que nos gobiernan con esas "cualidades" anteriormente descritas?

El agricultor tiene que "romper la tierra" (arar) para poder sembrar... y eso es lo que intuyo o quiero creer que está ocurriendo con este y otros sistemas de gobierno, que se están resquebrajando para así dar paso a otros, al menos, algo distintos.

Eso si, para que sigan fluyendo estos "vientos de cambio"  para el bien común, es necesario que nos administren personas que no ansíen el poder...
El tiempo lo dirá. Mientras tanto, los que estamos en este presente tenemos la capacidad de ir moldeando y dar forma al futuro.


24 de octubre de 2014

Indigencia de sentido

Deambulando sin descanso, devorado por la incertidumbre y teniendo como expectativa sólo un horizonte hostil, el indigente trashumante recorre la tierra en calidad de expulsado, como desterrado. Parece recrear en su trashumancia sin fin, la maldición eterna del “judío errante”, esa figura de la mitología judeo-cristiana, destinada a “vagar sin cesar”, a “recorrer el mundo" sin esperanza de descansar en paz.

La indigencia alude a miseria, estrechez, necesidad, pobreza material que, trasladada al plano de los valores, se asocia con carencia de valor, a una incapacidad de ser gente, de decencia. Sin embargo, la indigencia en términos filosóficos y literarios puede ser considerada como un estado potencial de todos los seres, que no se circunscribe necesariamente a un contexto precario de exclusión o privación de bienes materiales mínimos o de pobreza extrema. Este vocablo alude a la llana condición humana de “incompletud” y necesidad de búsqueda de sentido que cada amanecer nos acosa.
*Este texto forma parte del libro de Reyna Carretero Rangel y Emma León Vega (2009),
  Indigencia trashumante. Despojo y búsqueda de sentido en un mundo sin lugar.


Las etapas de esa búsqueda corresponden a las del viaje interior de cualquier individuo en el curso de su evolución, más allá de la física. El patrón es siempre el mismo: después de experimentar un "segundo nacimiento", aún queda por hacer un viaje y un regreso al punto de partida, tras realizar un largo peregrinaje a través de una serie de pruebas.

Pruebas que no todos tienen ganas de emprender, o que simplemente no les prestan atención. Pero quien se atreva a salir del "sin sentido materialista", una gran aventura les espera para ir rellenando esa incompletud de la que poco se habla, pero que muchos sienten.


8 de octubre de 2014

Insignificantes

Decía Aristóteles que la naturaleza nunca hace nada sin motivo. Y no hay nada más espectacular que apreciar sus procesos, de los que nosotros formamos parte. Una ínfima parte. Jamás superiores a ella, sólo un eslabón de la cadena. Podemos sentirnos los seres vivos más poderosos, y en muchos aspectos somos el peón capaz en parte de liberarnos del automatismo del resto. Pero jamás invencibles.

Y nos inventamos una historia con final feliz donde, como si existiera una pócima secreta, nos creímos superiores a todos los demás. Para qué engañarnos, al tener el poder del desarrollo es tan fácil como disfrutarlo. No eres más villano por usar un coche, ni por encender la calefacción. Estás dentro de ese eslabón de “superioridad” en el que has crecido.

Pero al igual que el resto de compañeros del mundo tiene que aceptar nuestra colonización, el ser humano debe saber que la bestia parda es más fuerte que toda la civilización humana, sea en forma de tsunami, o con el aspecto microscópico de un pequeño virus con forma de inocente lazo que puede hacer matar en cuestión de días.

Nos creímos más fuertes que el resto de seres. Pero lo peor es que una parte de esta sociedad se creyó superior a su misma especie. Y hasta que el mal no cruzó el charco más de uno ni había oído hablar de ese diminuto ente criminal. Ahora las alarmas suenan con virulencia. El egoísmo humano que no invirtió su tiempo y dinero en investigar una enfermedad a la que nos sentimos inmunes porque la teníamos muy lejos se ha vuelto contra nosotros. Y aunque la situación de emergencia se quede en un susto, y ojalá así sea, la experiencia habrá demostrado que la sociedad libre, como diría Kennedy, no podrá ayudar a sus muchos pobres, pero tampoco salvar a sus pocos ricos. La naturaleza no entiende de dinero. El egoísmo, al final, tampoco.
-Autora: Marta García Bruno. (periodista)

Ante "catástrofes" naturales nos vemos, como indica Marta, "insignificantes" ante el poder y misterio de la naturaleza. Si, hace falta que nos ocurran eventos que vemos como desgracias para que se nos baje de golpe ese egocentrismo que impera en la humanidad. Creyéndonos unos mejores que otros por el simple hecho de tener un mayor nivel económico, nos llevará irremediablemente por una espiral egocéntrica donde nace el egoísmo...

A veces la naturaleza nos envía avisos para darnos la oportunidad de replantearnos, de una manera profunda, nuestra forma de vivir, pensar y de sentir... En este caso a través del "salto" a la civilización occidental, del virus del ébola.
Reflexionemos sobre esto, pero nunca con miedo. Porque ya sabemos lo que genera el miedo.

Misionera que superó el virus, gracias a que su cuerpo fue capaz de crear anticuerpos contra él.