24 de abril de 2016

El pensamiento de Baruch Spinoza

Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a Descartes, este había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios,o bien con la Naturaleza (ambos términos llegan a ser equivalentes para él, según su célebre expresión; Deus sive Natura).
Mas info: Wikipedia

"He contemplado los afectos humanos, como son el amor, el odio, la ira, la envidia, la misericordia y las demás afecciones del alma, no como vicios de la naturaleza humana, sino como propiedades que le pertenecen como el calor, el frío, la tempestad, el trueno y otras cosas por el estilo a la naturaleza del aire"



El Dios o Naturaleza de Spinoza hubiera dicho:

¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.

- Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

- Deja ya de ir a esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tu mismo construiste y que dices que son mi casa.

- Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas... Ahí es donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

- Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había algo mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

- El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría... Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

- Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito... ¡No me encontrarás en ningún libro!

- Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mi como hacer mi trabajo?

- Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

- Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

- Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

- Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mi, quiero que me sientas en ti cuando besas, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar...

- Me aburre que me alaben, que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tus relaciones, del mundo.Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

- No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro... ahí estoy, latiendo en tí.

Fuente: Creer o saber; De Pilar Turégano y María Vico.

19 de marzo de 2016

"Reescribir"

Cada experiencia vivida nos marca. Deja una huella impresa que, aunque la queramos borrar y no seamos conscientes de alguna que otra experiencia, esta queda grabada en el subconsciente o inconsciente de cada escritor que en su día lo escribió.

Hablando claro:
El pasado, lo queramos ver o no, influye en la personalidad de cada cuál hoy día, y suele determinar la forma de ser y el carácter.
Todos queremos vivir experiencias alegres, placenteras y que nos aporten cierta paz. Pero... no todas fueron así ¿verdad?.
Lamentablemente, muchas experiencias "se enquistan" en el interior y hacen que actuemos como verdugos o, como víctimas. O simplemente, al relacionarnos con algún familiar, amigo, pareja... notamos como se acelera el corazón, se nos remueve algo por dentro... nos encontramos mal.

Empecé con el símil de la palabra impresa; por lo que continuaré diciendo que, aunque el pasado quede "grabado e impreso", También lo podemos "editar".

Eliminar rencores y llegar a perdonar son, para muchos, tareas complicadas de llevar a cabo. Pero si utilizamos la inteligencia mental y la emocional, nos llevará a la conclusión de que; actuar como verdugo o, como víctima, añade más peso a nuestro interior.
Es mucho más inteligente y liberador, lograr encontrar cierto equilibrio entre lo agresivo y lo débil.



8 de marzo de 2016

Con el paso del tiempo

El tiempo, junto a lo vivido o experimentado durante el paso de ese tiempo, es un gran maestro del cual aprendemos.
Podemos leer, ver y escuchar durante mucho tiempo cualquier tema del que estemos interesados en aprender. Pero si durante ese tiempo dedicado a cualquier tarea no nos paramos de vez en cuando a sacarle el jugo de lo experimentado, poco o nada de zumo entrará para el cuerpo, o sea; de poco o nada nos servirá.

¿Servir para qué?

Si te has hecho esta pregunta; siento decirte, que poco has aprovechado tu tiempo.
Si sabes como eres, te das cuenta de por que y para que lo has hecho o, has actuado de tal manera... La anterior pregunta no te la harás.


30 de enero de 2016

Práctica

Siéntate en silencio. Inspira y expira durante unos momentos para calmarte.
Una vez en calma, pon tu atención en la respiración. Al inspirar, te sientes bien; al expirar te sientes féliz.

Y... nada más que añadir. Practica esto durante unos pocos minutos y luego me cuentas :)


7 de diciembre de 2015

Cuando la ira te inunda. Cuento

Cuentan que un hombre sufría a menudo ataques de ira y cólera, así que un día decidió solucionar este problema. Para ello, le pidió ayuda a un viejo sabio que tenía fama de conocer la naturaleza humana. Cuando llegó, le dijo:

- Señor, quiero que me ayudes, tengo fuertes arranques de ira que están arruinando mi vida. Sé que soy así, pero también sé que puedo mejorar.

- Lo que me cuentas es muy interesante - dijo el anciano. De todas formas, para poder tratar tu problema, necesito que me muestres tu ira. Solo así podré descubrir su naturaleza.

- Pero ahora no estoy enfadado - argumentó el hombre.

- Bien - contestó en anciano. - En ese caso, la próxima vez que la ira te invada, ven lo más rápido que puedas a enseñármela.

El hombre estuvo de acuerdo y regresó a su casa. A los pocos días sufrió un ataque de cólera y marchó rápidamente a ver al anciano. Sin embargo, el sabio vivía en lo más alto de una colina muy alejada, así que cuando alcanzó la cima y se presentó al sabio…

- Señor, estoy aquí de nuevo.

-Estupendo, muéstrame tu ira.

Pero al pobre hombre se le había pasado el enojo durante el camino.

- Es posible que no hayas venido lo suficientemente rápido - dijo el anciano. - La próxima vez corre más deprisa y así llegarás todavía enfadado.

Pasados unos días, al hombre le asaltó otro fuerte ataque de cólera y, recordando la recomendación del sabio, comenzó a correr cuesta arriba. Cuando media hora después llegó completamente agotado a casa del viejo, este le reprendió:

- Esto no puede continuar así, otra vez llegas sin ira. Creo que debes esforzarte más y subir la cuesta mucho más rápido. De otro modo no voy a poder ayudarte.

El hombre se fue entristecido, jurándose a sí mismo que la próxima vez correría con todas sus fuerzas para llegar a tiempo de mostrar su ira.

Pero no ocurrió así. Una y otra vez subía la cuesta, y cada vez llegaba más fatigado y sin rastro de ira.

Un día que llegó especialmente extenuado, el maestro, por fin le dijo:

- Creo que me has engañado. Si la ira formara parte de ti, podrías enseñármela. Has subido veinte veces y nunca has sido capaz de mostrarla. Esa ira no te pertenece. No es tuya. Te atrapa en cualquier lugar y con cualquier motivo, pero luego te abandona. Por tanto, la solución es fácil: la próxima vez que quiera llegar a ti, no la recojas.
(Anónimo)
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La ira es un mecanismo de defensa que, básicamente, se activa cuando la percibimos en otra persona en medio de una discusión, un desencuentro, etc...
Pero también es una emoción (como todas) que nos invade, o sea, no nos pertenece.



15 de noviembre de 2015

Conocer y aprender del pasado. Salir del círculo

El abatimiento y la pena que me generó los ataques del pasado Viernes 13 en París, hoy me lleva a reflexionar sobre lo poco que aprenden del pasado los gobernantes del "mundo civilizado", o sea, de occidente.

Los que planearon tal masacre y enviaron a tales asesinos/suicidas, se excusan diciendo que lo hicieron como venganza a la presencia de Francia y sus misiles en el conflicto de Siria. Por lo que, aplicaron la "fórmula" ancestral del; "ojo por ojo, diente por diente".
Se justifican aplicando esa "fórmula" que ya se utilizaba en los conflictos internos (entre tribus rivales) hace miles de años... cuando en el ser humano abundaba el pelo por todo su cuerpo.

Una frase en la que creo, tanto a nivel interno como externo, es la siguiente; "Quién no conoce su pasado, está condenado a repetirlo" o, "Aquel que no aprende de su historia, está condenado a repetir sus errores".
Es decir, si se continúa en ese círculo de; tu me atacas, yo te ataco. Lamentablemente se continuará en esa "pescadilla que se muerde la cola".

Ignorante que es uno, me pregunto si no habrá otras vías para deshacer el nudo o quitarle la cola de la boca a la pescadilla, para salir de estos ciclos que cada cierto tiempo se repiten.

De juegos de guerra y de reuniones o de consejos de gobernantes mundiales no entiendo, ni quiero entender.
Lo que si recuerdo es que la humanidad ya ha pasado una primera y una segunda guerra mundial. Y entiendo las terribles consecuencias y los daños colaterales que sufrieron nuestros, no tan lejanos, antepasados.


8 de noviembre de 2015

Tal armero, tal arma. Cuento

"El sable es el alma del samurai", nos dice una de las más antiguas máximas del Bushidô, la vía del guerrero. Símbolo de virilidad, lealtad y coraje, el sable es el arma favorita del samurai.
El sable, en la tradición japonesa, es algo más que un instrumento temible, algo mas que un símbolo filosófico. Es un arma mágica, que puede ser benéfica o maléfica, según la personalidad del forjador y del propietario.

El sable es la prolongación de los que lo manipulan, y se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres.

Los antiguos japoneses, inspirados por la religión shinto, conciben la fabricación de un sable como un trabajo de alquimia en el que la armonía interior del forjador es mas importante que sus capacidades técnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios días meditando y después se purificaba practicando abluciones en agua fría. después, vestido con hábitos blancos, ponía manos a la obra en las mejores condiciones interiores para crear un arma de gran calidad.

Masamune y Murasama eran dos hábiles armeros que vivieron a principios del siglo XIV. Los dos fabricaron unos sables de gran calidad. Murasama, de carácter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tenia la siniestra reputación de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, herían a quienes las manipulaban. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificación para forjar sus hojas. Aún hoy en día, son consideradas como las mejores del País.

Un hombre que quería averiguar la diferencia de calidad que existía entre ambas formas de fabricación, introdujo un sable de Murasama en el cauce de un río, con el filo orientado contra la corriente. Todas las hojas que pasaban flotando y tocaba el sable se cortaban en dos. A continuación introdujo el sable fabricado por Masamune. Las hojas se deslizaban intactas bordeando el filo del sable como si este no quisiera hacerles daño. Ninguna de ellas fue cortada.

El hombre dio entonces su veredicto; "La Murasama es terrible, la Masamune es humana".
(cuento zen)
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Según nos dice (de manera metafórica) el relato; El sable es el alma del guerrero.
Y yo digo; El forjador del "sable" es tu mente, por lo que, así como la utilicemos y la "alimentemos", así serán nuestras acciones.

Entrada relacionada: Forjando el carácter